Seguridad minera: Silencio, tecnología y nuevo riesgo


Introducción

Cada 28 de abril, el mundo conmemora el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este año, el tema central es:

“Revolucionar la salud y la seguridad: el papel de la IA y la digitalización en el trabajo”.
 Un tema profundamente relevante, especialmente en minería, donde la digitalización y la adopción de nuevas tecnologías están marcando una verdadera transformación en las operaciones y la seguridad.

Hoy quiero poner el foco en un aspecto específico de esta revolución tecnológica que podría afectar la minería:

¿Qué sucede cuando el ruido, tradicionalmente asociado con el riesgo, desaparece en las operaciones mineras eléctricas?

La tecnología que está transformando las minas también está modificando nuestros sentidos y la percepción del riesgo. El silencio de los equipos eléctricos puede parecer una mejora, pero —como veremos— trae consigo nuevos desafíos para la seguridad y salud en el trabajo.


Del ruido como advertencia al silencio como riesgo

Durante décadas, la minería ha sido un entorno donde el ruido constante era una señal de actividad y, muchas veces, un indicador de alerta para los mineros. Las bombas, generadores, scooptram y otros equipos ruidosos nos advertían, en cierto modo, que debíamos estar atentos.

Hoy, con el avance hacia la minería eléctrica, ese ruido ha disminuido considerablemente. Aunque esta transición tiene enormes beneficios ambientales —como la reducción de las emisiones de gases contaminantes— también presenta un nuevo reto: la percepción del riesgo.


El desafío de la percepción del riesgo

Nuestros cerebros están programados para asociar sonidos fuertes y constantes con actividades riesgosas. Cuando ese ruido desaparece, la sensación de alerta disminuye, creando una falsa sensación de seguridad.

Esto puede llevar a que los trabajadores bajen la guardia en términos de precaución, lo que pone en riesgo la seguridad operativa.


Neurocultura minera: adaptación sensorial y nueva seguridad

La tecnología está cambiando la forma en que interactuamos con nuestro entorno, y esto incluye la minería. Aquí entra el concepto de Neuroseguridad:
El proceso de adaptación sensorial que los mineros deben experimentar para mantener su conciencia de seguridad en un ambiente que cambia rápidamente.

 

La neuroseguridad en la era de la minería eléctrica

El concepto de Neuroseguridad Minera se centra en cómo los liderazgos y las culturas de seguridad deben evolucionar para adaptarse a estos cambios sensoriales.

El reto ahora es:
¿Cómo mantener la alerta y preparación en un entorno que ya no es ruidoso, pero que sigue siendo potencialmente peligroso?


Aplicación de tecnologías avanzadas en la minería

A nivel global, la OIT 2025 resalta tecnologías como la automatización, la robótica avanzada y la inteligencia artificial, que están transformando la seguridad en el trabajo.

¿Cómo se aplica esto en minería?

Estas son algunas conclusiones clave:

    • Automatización y robótica avanzada:
      Reducen la exposición a entornos peligrosos, eliminan tareas repetitivas y evitan trastornos musculoesqueléticos.

    • Herramientas inteligentes de SST:
      Detectan riesgos en tiempo real, con análisis predictivos que apoyan una gestión proactiva de la seguridad.

    • Realidad extendida y virtual:
      Mejoran la formación y las inspecciones, permitiendo una mayor preparación para emergencias.

    • Gestión algorítmica del trabajo:
      Optimiza la asignación de tareas y la gestión de la fuerza laboral, reduciendo errores humanos.

Estas tecnologías ofrecen un potencial transformador, pero debemos tener claro que no eliminan el riesgo, lo transforman. La clave está en integrar estas herramientas con una cultura sólida de seguridad que mantenga la atención constante.


Liderazgo minero en la transición tecnológica

La cultura de seguridad minera no comienza de cero, pero sí requiere ajustes significativos en esta era de digitalización. Los líderes mineros deben ser conscientes de los cambios sensoriales que sus equipos están experimentando y tener estrategias claras para guiarlos a través de esta nueva realidad operativa.

El liderazgo debe ayudar a los trabajadores a identificar nuevos riesgos y fomentar una cultura donde la seguridad se mantenga como la prioridad número uno, incluso cuando el entorno parece más tranquilo.


Conclusión

Así como la humanidad ha evolucionado de la oscuridad a la luz, desde el vientre materno hasta nuestro entorno laboral, también hemos aprendido a interpretar los estímulos sensoriales para protegernos. En la minería, antes de salir a laborar, existe un momento simbólico de adaptación a la luz y al entorno — como ocurre en México, donde muchos mineros hacen una parada ante la Virgen de Guadalupe antes de entrar a la mina, reflexionando sobre los riesgos.

Hoy, en la era de la minería eléctrica y digital, el ruido ha dejado de ser una advertencia constante, y el silencio se convierte en un nuevo desafío invisible. Hasta ahora, hemos usado orejeras y protectores auditivos para mitigar el exceso de ruido, pero ¿cómo gestionamos la ausencia de él como señal de alerta?

Aquí es donde entra en juego la Seguridad Minera: debemos crear nuevas formas de adaptación sensorial y conciencia operativa, generando espacios, prácticas y liderazgos capaces de mantener el estado de alerta y prevención, aun en entornos aparentemente más seguros y silenciosos.

La seguridad no es solo cuestión de tecnología, sino de percepción y cultura.


Te invito a:

Lee más sobre este tema y otras reflexiones sobre liderazgo y seguridad minera en:
rodufbelalvarado.com

Suscríbete a nuestro Newsletter Neurominería para recibir artículos, recursos y reflexiones sobre minería consciente y tecnología.

Visita nuestro canal de YouTube y descubre un reel exclusivo sobre este tema.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: ¡El contenido está protegido!